El Internado Anual Rotatorio de la Facultad de Medicina de la U.B.A.- es definido, esencialmente, como una instancia complementaria de los aprendizajes realizados durante la cursada de las materias clínicas. Esta complementariedad debería enfatizar el “saber hacer” de la práctica clínica para ser desarrollado en un proceso de enseñanza – aprendizaje de responsabilidad creciente.

El I.A.R. tiene una duración de 40 semanas (10 meses) y contempla un examen final de Medicina Integrada, y está modulado en 6 diferentes rotaciones: 

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Clínica Médica

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Toco-Ginecología

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Atención Primaria de la Salud

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Salud Mental

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Cirugía

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Pediatría

Para alcanzar el logro de estos objetivos, estuvo en mi cabeza desde siempre la idea de ampliar los escenarios de aprendizaje, y ya que la U.B.A. tiene actualmente convenios con Centros de Salud y con Hospitales del conurbano bonaerense y del interior del país, como también con Universidades del exterior, decidí armar la mochila.

Y finalmente, el verano porteño fue testigo del último mes de mi Internado con la rotación de Obstetricia en el Hospital General de Agudos “Dr. Cosme Argerich” del barrio de La Boca.

Día a día de estos 10 meses fui aprendiendo y completando mi entrenamiento en la realización de diagnósticos, diagnósticos diferenciales y en el tratamiento de las enfermedades prevalentes. A través de diferentes actividades asistenciales de orientación de pacientes y sus familias (y gracias a la colaboración de cientos de ignotas damas y caballeros de la salud, a lo largo y ancho del país y del extranjero), fui formándome, no solo en la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud, sino en cuestiones humanas básicas, como la comunicación y la aplicación de conductas anticipatorias desde un enfoque integral e integrado de resolución de problemas.

Descubrir fue uno de los objetivos primordiales de este viaje que emprendo en las próximas páginas. Descubrir la realidad, no sólo médica, sino humana y social de la gente (tanto pacientes como colegas) del interior de nuestro país. Descubrir que en la relación médico-paciente –como en todas las relaciones humanas–, el componente comunicación es uno de los determinantes fundamentales de la eficacia del acto médico.

En Abril de 2006 di comienzo a mi internado con la rotación de Salud Mental, durante un mes, en el Hospital Regional El Bolsón, provincia de Río Negro.

Entre Mayo y Junio estuve instalado en Villa Mercedes, provincia de San Luis, con la rotación de Clínica Médica, en el Policlínico Regional J. D. Perón.

Julio me encontró rotando por Cirugía General, durante dos meses, en el Hospital General Martín Miguel de Güemes, de J.J. Castelli, provincia de Chaco.

Mi última rotación por el interior del país fue Atención Primaria de la Salud, durante cuatro semanas entre Agosto y Septiembre, en el Hospital Maimará, en Jujuy.

Y finalmente, el verano porteño fue testigo del último mes de mi Internado con la rotación de Obstetricia en el Hospital General de Agudos “Dr. Cosme Argerich” del barrio de La Boca.

Día a día de estos 10 meses fui aprendiendo y completando mi entrenamiento en la realización de diagnósticos, diagnósticos diferenciales y en el tratamiento de las enfermedades prevalentes. A través de diferentes actividades asistenciales de orientación de pacientes y sus familias (y gracias a la colaboración de cientos de ignotas damas y caballeros de la salud, a lo largo y ancho del país y del extranjero), fui formándome, no solo en la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud, sino en cuestiones humanas básicas, como la comunicación y la aplicación de conductas anticipatorias desde un enfoque integral e integrado de resolución de problemas.

Descubrir fue uno de los objetivos primordiales de este viaje que emprendo en las próximas páginas. Descubrir la realidad, no sólo médica, sino humana y social de la gente (tanto pacientes como colegas) del interior de nuestro país. Descubrir que en la relación médico-paciente –como en todas las relaciones humanas–, el componente comunicación es uno de los determinantes fundamentales de la eficacia del acto médico.