PRIMERO PERSONA


#20 | “Final de Gira”

Siento que la vida abre y cierra círculos constantemente pero no siempre somos conscientes de dichos procesos. Algunos tardan horas en completar la circunferencia, otros quizás toda una vida. A veces algunos círculos nos trascienden quedando abiertos y es nuestra descendencia la que vivencia el cierre. No necesariamente son hechos claves ni trascendentales para nuestra existencia, a veces son simples y bellas nimiedades de las que si no estamos atentos pasarán sin registro. Hay subcírculos dentro de círculos mayores, micro círculos y círculos espejo. Hay círculos que duran siglos y otros microsegundos. Hay círculos de vida y círculos de muerte. En ocasiones somos nosotros quienes debemos propiciar que el ciclo se complete pero nos resistimos por el dolor o la tristeza que nos genera aceptar que ese círculo debe ser parte del pasado.

Hace unas tres semanas sentí que el ciclo Primero Persona tal como se publica hoy en día me estaba pidiendo un cierre. Que luego de casi dos años de escribir mis vivencias relacionadas a los cuidados paliativos pediátricos conté todo lo que necesitaba contar y que había llegado el momento de hacer silencio por un rato y ver por dónde y cómo vuelven a florecer las palabras.

La semana pasada un pibe que debe andar por los 18 años me mencionó en una historia de Instagram. Cuando yo era residente de pediatría Santiago era un niño de tan solo 8 años. Tuvo una leucemia y realizó su tratamiento en el hospital donde yo me estaba formando. Era un purrete morrudo y asustadizo -con muchas razones para serlo-, hincha de River y de Ford como su papá. Por aquellos días y luego de dos incansables años de trabajo Final de Gira -mi primer libro- conocía la luz y algunos de mis colegas se interesaron en leerlo. La madre de Santi me contactó para comprar un ejemplar y luego de un breve tiempo y que le dieran el alta definitiva no supe más de ellos. Hace poco nos unió la red social de las fotos y cruzamos algunos mensajes. Me contó que se había vuelto un fanático del rocanrol como yo, que había dejado de ser de River para ahora ser “enfermo” de Nueva Chicago, y que estaba por empezar el ingreso para abogacía.

Pensé mucho en cómo cerrar en este último episodio de Primero Persona. Pasé varios días girando en falso en mi cabeza buscando la temática y las palabras adecuadas sin encontrar respuesta.

Hay veces en las que, si estamos atentos, somos testigos oculares de ese momento mágico donde un ciclo se cierra y se eleva a la dimensión de los círculos cerrados. Como esas noches claras en las que mirando el cielo boca arriba, una estrella fugaz explota en nuestro campo visual como un regalo del universo y una indescriptible emoción nos invade el cuerpo.

Decía que la semana pasada Santi me mencionó en una historia de Instagram. Podía verse una foto con un ejemplar de la primera edición de Final de Gira y un texto que decía: “me llegó este libro @gallitovidente, ¿decís que está bueno para que lo lea?”

Hace un largo tiempo que intento vanamente reconectar con las únicas 5 páginas que escribí durante últimos los dos años, de lo que intenta ser mi próximo proyecto literario. Por alguna razón que ahora creo entender siento que es el momento adecuado para tomarme un tiempo y volver a mirar esos bocetos.