Capítulo 15 | Webeando

El Bolsón, 17 de Abril de 2006

Voy al locutorio y me cuelgo un rato largo porque pusieron como página de inicio la Web Oficial de El Bolsón y yo estoy hambriento de información. Me tiró una data interesante sobre el tema de las frambuesas, que me explicó un poco como funciona la economía acá en El Bolsón.

Hoy por hoy, la economía y el desarrollo de localidad de El Bolsón se basan en dos pilares fundamentales: el turismo y la producción rural. En este último aspecto, se destacan las plantaciones de lúpulo, frutas finas y derivados como los dulces y conservas al natural, plantas aromáticas, huertas con verduras y hortalizas de producción orgánica y alta calidad, hongos secos, piscicultura, emprendimientos forestales, aserraderos, y en menor medida productos lácteos artesanales y sus derivados, y la elaboración de cerveza artesanal. De todo esto se puede encontrar cada martes, jueves y sábados en su famosa feria artesanal.

Las condiciones climáticas benignas y los buenos suelos de la Comarca Andina hicieron que esta fuera centro de producción desde los años de su colonización. Se producían cereales, hortalizas y frutas diversas para autoconsumo y abastecimiento de otros centros urbanos de la Patagonia principalmente ligados a la actividad lanera y petrolera (Ing. Jacobacci, El Maitén, Bariloche, Comodoro Rivadavia, etc.). Entre los años 50 y 70, con el incremento poblacional, del transporte y el mayor flujo comercial, la zona fue comenzando a especializarse. Fueron perdiendo fuerza algunas actividades y ganándola otras.

Hoy en el ámbito agrícola hay dos actividades principales. Una enmarcada en la producción de diferentes frutales menores y otra dada por la producción de lúpulo. La buena adaptación de estas especies al suelo y clima, la óptima producción en cantidad y calidad y la poca presencia de plagas o enfermedades importantes, hacen que la zona se destaque en este tipo de producciones.

El lúpulo es una planta que crece sobre alambres en altura (tipo enredadera), y cuya flor contiene una resina amarilla pegajosa que al disolverse brinda los atributos de sabor, amargor y aroma típicos de la Cerveza. Existen muchas variedades de lúpulos que dan origen a los distintos estilos de cervezas y también se usan combinados, y se utiliza en la elaboración de cerveza en tres formas: Flor disecada natural, en extracto ó en su variedad llamada “Pellet”, que, curiosamente, es cultivada en un único lugar de la República Argentina: El Bolsón.

La frambuesa, por su parte, es el cultivo de mayor superficie plantada y es el segundo dulce más vendido y producido por las dulcerías regionales (el primer lugar lo ocupa la mosqueta). En cuanto a conservas ocupa el primer lugar (almíbar suave). Otro mercado importante es la heladería, ya que es un gusto común en muchas partes del país. También hay líneas de yogures, repostería, etc. Es un fruto de planta tipo arbustiva, de la familia de los rosáceos. Fruto de color rosa con forma de pelotitas pegadas y de gusto dulce. Entre los otros cultivos de frutas finas presentes en la zona, encontramos la frutilla, la mora, la grosella, el corinto o parilla, la boysemberry, la blueberry, el arándano, el cassis, la cereza, la guinda y, por supuesto, la mosqueta.

Capítulo 14 | Ciclos, tan solo ciclos

El Bolsón, 17 de Abril de 2006

Caen las primeras lluvias que presumen ser el fin del verano.

El ocre brota desde las laderas de la montaña.

El movimiento empieza a aquietarse.

La calma se cuela silenciosa.

El ciclo de la tierra retorna hacia las profundidades de sus entrañas.

Las aves migran y prometen volver con el próximo verano.

Los brotes se retraen para regresar con las fuerzas necesarias el año entrante.

Las gentes se protegen de las inclemencias del clima.

Un descanso necesario luego del bullicio estival.

El ruido se retira agotado y afónico hacia otras regiones.

El alma se aquieta y resguarda.

El agua se muda desde las cascadas hacia las nubes.

Lentamente la temperatura desciende respetando la adaptación de la piel y la tierra.

La anatomía se acopla al ser que se aletarga.

Los árboles se desnudan sin vergüenza.

El sol, fugaz, da la energía mínima y necesaria para sostener el ciclo.

Nos vamos metiendo hacia adentro.

Maximizando el poco fuego que va quedando.

Optimizando la energía vital.

Vamos parando…

Poquito a poco entramos en sintonía con la tierra que va tomando fuerzas hasta el próximo verano.

 

Ser feliz desgarra.

Silvio Rodríguez

Capítulo 13 | Barrio Terminal

El Bolsón, 17 de Abril de 2006

El Barrio Terminal es un de los mas carenciados de El Bolsón, según me cuentan.

Recibe su nombre debido a que en ese lugar estaba planeado hacer la terminal de ómnibus del pueblo. Caprichos del destino (o de la política) hicieron que el proyecto naufragara y que ahora el barrio lleve un nombre que le calza a medida: Barrio Terminal.

A tan solo cinco cuadras del asfalto y al alcance de cualquier turista que quiera abandonar por un rato los restaurantes caros o las casas de dulces artesanales que se cobran como oro en polvo. Paradojas de los lugares turísticos. Deberían de incluirse en los city tours este tipo de lugares… como para llevarse una imagen un poco mas real de los sitios que uno visita.

El agua potable es un bien preciado y escaso. Tan solo un par de canillas para todo el barrio.

Calles de tierra inundadas por la insistente lluvia que cae en una garúa imperceptible que con los días moja hasta los lugares mas profundos.

Me invade el olfato la madera quemándose para matar el frío de este Abril. Madera que no respeta géneros de leña, muebles viejos, cajones de fruta o juguetes abandonados. Todo sirve para dar calor.

Camino el barrio con Julieta. Psicóloga y residente de Salud Metal comunitaria. Ella hizo un relevamiento de El Terminal el año pasado y conoce muy bien a cada familia. Julieta divide sus horas laborales entre el hospital y amamantar a su pequeña hijita. Surca el pueblo al mando de su Renault 12 blanco. Es una mujer tan dulce y amable que es de ese tipo de personas de la cuales disfruto observarlas hablar y hacer sus cosas del día a día. Me contagia paz.

Casas precarias. Engendros de salamandras con barriles y demás fierros. Mucho mate con azúcar y pan para engañar la tripa.

Frío que no amedrenta a los mas curtidos pero si a los mas pequeños que lo exteriorizan con mocos verdes y toses.

     Madres.

          Jóvenes madres.

               Adolescentes madres.

                    Madres que adolecen.

Una piedra arrojada por la gomera de un niño surca el horizonte en busca de un pajarito.
Gente que pasa.
Gente que saluda amablemente.
El perfume de la tierra mojada.
El olor de la leña (sin géneros) quemándose.

Capítulo 12 | Encanto Blanco

El Bolsón, 16 de Abril de 2006

Sábado por la mañana; recibo un mensaje de texto de Noelia. (Residente de Medicina General. Oriunda de San Francisco, Córdoba. Me cae bien que sea tan inquieta con su vida.) Invitación para ir al Refugio del Encanto Blanco con ella, su hermana la Ivy y la negra Molina (instrumentadota y personaje del Hospital. Venida desde Buenos Aires hace ya varios años. Puteadora como pocas.)

Acepto gustoso y salimos desde su casa en el auto de la negra hacia el Mallín Ahogado donde sale la picada para el refugio.

El día de sol es imponente. La negra lucha contra la casetera de su auto y un cassette de los grandes exitos de los Beatles que no quieren congeniar para entregarnos música. La negra putea de lo lindo. Su auto es una mugre y ella pide disculpas.

El cielo es de un celeste intenso y muchos alerces del camino están amarillos pera. Dejavú de las postales de infancia: Evoco el celeste perfecto, un calefactor sol de otoño, el amarillo que cae desde los árboles espigados e inalcanzables, el gris del ripio que encandila por el sol.

Emprendemos el ascenso entre las bellezas de un bosque de ensueños. Es un placer volver a estar en estas latitudes y caminando por acá. Los pulmones festejan como si hubiesen ganado la copa del mundo. La subida es amena y nos tomamos nuestros momentos de contemplación y reoxigenación.

La negra Molina cuenta anécdotas de cuando era azafata de Kaiken Líneas Aéreas. Evoco el viaje hasta Ushuaia a dedo con los pibes. El ejercicio de viajar es para mi una constante evocación de otros viajes. Una inevitable comparación con otros lugares que conocí.

La negra putea con tanta gracia que no puede ofender ni a los Reyes de España.

Luego de varias horas y con los primeros fríos del ocaso llegamos al refugio. Nos recibe su amable refugiero Juan. Estamos solos con el. Escuchamos música y cocinamos una deliciosa pasta con tuco. El frió se impone y acosamos a la salamandra. Las chicas se ponen monotemáticas con el frío.

Subimos al sector superior del refugio donde se duerme.

Las chicas se ponen monotemáticas con el frío.

Subimos al sector superior del refugio donde se duerme.

Las chicas se siguen poniendo monotemáticas con el frío.

Yo duermo al lado de una de ellas e intento usar al frío como cómplice para ganar terreno. No gano mucho terreno que digamos y decido entregarme a los brazos de Morfeo que pareciera ser el único que tiene intenciones  de cobijarme en este recinto.

En la mañana desayunamos animados.

Las chicas se ponen monotemáticas con el frió de anoche.

Caminamos por ahí. Subimos unos metros y contemplamos la hermosa vista del valle.

Retozo sobre una piedra bajo el hermoso día. El silencio de la montaña, el calor del sol.

Si uno cierra los ojos con el sol de frente, y presta la debida atención, se pueden ver luces y lucecitas que se mueven y forman figuras. Como pequeños flagelos que serpentean y súbitamente desaparecen.

El sueño me gana y los 15 minutos de siesta en este estado valen por 500.

Es hora de emprender el camino de regreso.

El retorno es alegre. El único detalle es que Noelia viene con una rodilla resentida, de todos modos resiste de forma estoica el descenso y se niega rotundamente a que la ayude. Hay alegría en el ambiente. Esa misma alegría como cuando uno pasa unos lindos días en la montaña y vuelve feliz con la mugre en la mochila, el olor a pata y momentos para recordar.

Ya en Bolsón, vamos a tomar cerveza artesanal al Camping El Bolsón para despedir a la Ivy que mañana se vuelve para San Francisco (Córdoba).

Las chicas se ponen monotemáticas con el frío de anoche.

La pasamos muy bien y mis tres compañeras fueron una excelente compañía. Estas cosas unen a las personas… o al menos dejan hermosas recuerdos si acaso la vida tan solo te regala ese único momento con ellos.

Capítulo 11 | El operador como piedra fundamental

El Bolsón, 15 de Abril de 2006.

 

El operador juega un papel vital en este sistema de atención. Son tipos que ponen literalmente cuerpo y alma en cada una de las actividades. La dedicación y pasión que ponen estos obreros de la salud es admirable. El compromiso se les nota en la piel.  Organizan talleres, llevan medicación a la casa de los usuarios, los buscan para aplicarles fármacos de depósito, gestiones varias relacionadas con el servicio, llevarle chapas a uno, una caja de clavos a otro, buscar a los mas quedados para que vayan al hogar comunitario y millones de actividades mas.

Son puro combustible en este sistema.

Ramón es un de los operadores. El otro día me fui con él hasta la zona del Mallín Ahogado. Me cuentan por allí que el nombre original del lugar es “Mallín del Niño Ahogado”, porque efectivamente como el nombre lo indica en ese mallín murió un niño ahogado. Sospecho que este paraíso de la naturaleza de donde salen las picadas de diversos refugios como el Cajón del Azul, Río Azul, Piedra Blanca o Dedo Gordo no resultaría igual de atractivo para los campamentistas si supiesen la verdadera historia. Es por eso que haciendo un cambio sutil en el nombre… todos contentos. De todos modos habría que ver si la historia es cierta. Salió en la Billiken que un mallín es una zona anegadiza de pequeños juncos. A ésta en particular se la denomino originalmente Mallín Aguado, y así figura en los primeros mapas. El término puede haber sido una deformación del original o al secarse el mallín considerárselo como ahogado.

Para sacarme la duda se lo pregunto a Ramón y me dice que no tiene ni puta idea de lo que le hablo. ¿Será acaso que esta historia es una historia para el turista morboso? Perdida en el bosque está la casa de María y su familia. María es una usuaria del servicio a la cual el techo de la casa le está haciendo agua. Cargamos unas chapas en la Citroneta y vamos a llevárselas. María junta mosqueta del bosque para vender. María junta hongos de pino del bosque para vender.

María fuma un cigarrillo atrás de otro. María esta muy agradecida por las chapas y por una campera roja que le llevamos. Apenas la recibe se abriga con ella y hasta el día que me voy la lleva puesta.

La hermana de María me habló de Adelina Monzón, una Madre de Plaza de Mayo, con dos hijos asesinados por los militares, una exponente silenciosa y humilde de lo que es la solidaridad humana. Nunca dejó de trabajar en busca de los desaparecidos, nunca dejó de concurrir a las cárceles para visitar a los presos políticos, nunca faltó a ninguna demostración de las que participaron las Madres.

Viajó acá a Neuquén para apoyar a los trabajadores de Zanon, pero cayó enferma y fue llevada a Bs.As. por las Madres en avión. Adelina Monzón se había ocupado pacientemente del problema de las veinte familias del paraje Mallín Ahogado. Un tiempo atrás, esas familias habían ocupado una tierra fiscal no usada y luego de trabajar la tierra y hacer construcciones, el gobierno provincial trataba de desalojarlas mientras permitía que otras tierras fiscales sean ocupadas por clubes de rugby o asociaciones de golf.

El grupo de familias de habitantes de pueblos originarios lleva el nombre de Tierra y Dignidad. Se quiere expulsar ahora a estos trabajadores pese a que la Ley Nº 279 de Tierras de Río Negro establece que “la tierra es un instrumento de producción, considerada en función social” y como si fuera poco, agrega: “Que la tierra sea propiedad del hombre que la trabaja, siendo asimismo base de su estabilidad económica, fundamento de su progresivo bienestar y garantía de libertad y dignidad”.

Libertad y dignidad. Así se comportan esos trabajadores de la tierra de Mallín Ahogado.

La tierra tiene que tener un valor solidario
con los que la trabajan
.

Osvaldo Bayer